Ha nacido un conquistador es el séptimo escenario de la campaña griega de Empire Earth.
Alejandro debe vencer a Persia y sitiar Tiro, una isla resguardada por una muralla y torres sumamente avanzadas.
El escenario recrea tres de las más memorables y cruciales batallas de Alejandro Magno: la Batalla del Gránico, la Batalla de Issos y el Sitio de Tiro.
Detalles[]
Introducción[]
El gran caballo de guerra se sobresaltó y huyó con su jinete, como si presintiera el peligro que encarnaban las tropas al otro lado del río. Alejandro le tranquilizó con una firme caricia y un grito de serenidad. Junto a él cabalgaba Filotas, su general de más confianza.
Habían atravesado Helesponto con su ejército y junto a ellos se encontraban los veteranos generales Crátero y Meleager. El emperador Darío III había preparado su defensa en la lejana ribera del río Gránico, donde aguardaban sus propios generales confiados en su capacidad para aplastar en los advenedizos griegos.
La batalla comenzaría muy pronto... Rey contra emperador, general contra general. En juego, nada más y nada menos que el ¡control del Imperio Persa!Recursos[]
1500 comida- 1500 madera
- 500 piedra
- 1200 oro
- 600 hierro
Objetivos[]
- Derrotar al menos la mitad del ejército persa en la batalla del Gránico.
- Derrotar completamente al ejército persa en Issos.
- Asediar Tiro y destruir su capitolio.
- Someter a Antioch y tomar sus muelles (opcional).
- Destruir los muelles de Tiro (opcional).
Derrota[]
- Alejandro Magno muere.
- Filotas muere.
- Crátero muere.
Pistas[]
- Tras derrotar a los Persas en Gránico, tus unidades pueden curarse en la ciudad aliada de Antioch.
- Va a ser complicado tomar Tiro, pero triunfarán la perseverancia y la combinación de tácticas marítimas y terrestres.
- Utiliza a tus generales con inteligencia. Pueden acompañar a diferentes grupos de soldados, atacar desde diferentes direcciones y colaborar en importantes aspectos tácticos.
Bonos de civilización[]
- 5 por eliminar la mitad del ejército persa en Gránico.
- 5 por eliminar la otra mitad del ejército persa en Issos.
- 15 por destruir el capitolio de tiro.
Jugadores[]
- Macedonia (tú; Edad de Bronce).
- Persia (enemigo; Edad de Bronce).
- Tiro (enemigo; Edad de Bronce).
- Antioch (aliado potencial; Edad de Bronce).
- Issos (neutral; Edad de Cobre).
Estrategia[]
Derrota al menos la mitad del ejército persa[]
Alejandro, Filotas y Crátero se preparan para hacer frente al ejército persa al otro lado del río Gránico, cuyo ejército consta de 80 guerreros, mientras que bajo el mando de Alejandro solo hay menos de 40. Mueve a todo el ejército a las posiciones indicadas con banderas; ninguna unidad debe quedar fuera de la zona. Las falanges deben ir al frente, la caballería de la Guardia en seguida y los arqueros al fondo. Fija la conducta de todo el ejército como defensiva para tener mejor control de su modo de reacción. A pesar de que el ejército de Alejandro es irreemplazable, es posible conservarlo completamente.
La técnica de la emboscada resulta una buena táctica: utiliza a Filotas o Alejandro como señuelo para que cruce el río y atraiga pequeños grupos de enemigos hasta tus soldados, y así ir exterminando al ejército persa poco a poco. Repite la maniobra hasta que los enemigos se retiren. No es posible matar a todos los persas en esta lucha, y aquellos que hayan sobrado se unirán a otra tropa en Issos, muy al sur.
Derrota al ejército Persa completamente en Issos[]
Avanza hacia Issos, indicado en el minimapa. A mitad del camino toparás con Antioch, un aciudad neutral al oeste. Dirige al ejército hacia el hospital y trata a los heridos, si es que tuvieras alguno. Antioch es una ciudad que Macedonia (los griegos) podrían utilizar en el futuro...
Vuelve al camino hacia Issos y nuevamente pon al ejército en una formación estratégica, a una distancia del río. Otra vez utiliza a una unidad como señuelo para atraer pequeños grupos a la trampa. El ejército persa en Issos será ligeramente menor que el del río Gránico pero todos los guerreros son muy poderosos.
Intenta acabar con los héroes persas, sobretodo Arsames, quien es estratega y proveerá de moral alta a su tropa. Una pequeña colina cruzando el río, al este, está resguardada por algunos arqueros; evita que te tomen por sorpresa.
Asedia Tiro[]
Tras arrasar con el ejército persa y sus generales en Issos, lo siguiente es asediar Tiro, una isla al oeste de Persia. Mueve tus tropas al sur para encontrar a Meleager, general de Alejandro, quien ha construido un espigón de piedras y tierra convirtiendo la isla en una península. Desafortunadamente, Tiro está muy bien protegida y el sitio no ha ido bien. Meleager, algunas falanges y arqueros se unirán a tu ejército, así como tres catapultas.
Sobre el espigón, lo único que separa tierra firme de las murallas de Tiro es una albarrada muy resistente. No destruyas todavía este muro, a modo de dejar que los persas de Tiro no puedan alcanzar a tus tropas. Sobre las costas podrías encontrarte con navíos enemigos. Aleja a tus tropas de la costa y trata de destruir los barcos enemigos con los arqueros o las catapultas.
Produce barcos en los muelles de Antioch[]
Grupos de 4 o 5 barcos catapulta son efectivos contra las torres.
Primero envía a Meleager a Antioch para someter la ciudad y hacerte con el control de varios edificios, ciudadanos, minas y muelles. Obtendrás también 2000 de oro. Podrás acceder a la producción de barcos de guerra de la Edad de Bronce, además de uno exclusivo de esta campaña: el barco catapulta, el cual es algo más grande, poderoso y con mayor alcance que el tradicional acorazado, aunque notablemente más débil. También será posible construir ahora un Faro de Faros para iluminar las aguas.
Pon a los ciudadanos a trabajar, enfocándote en la recolección de oro y madera. Sitúa un asentamiento y no olvides convertirlo en un centro de ciudad; desarrolla las tecnologías del moldeado de metal y el cincel reforzado en tu nuevo capitolio, a fin de acelerar la recolección de recursos.
Produce cuanto más barcos catapulta puedas, tomando en cuenta que no serán los únicos que necesitarás. Produce también algunas galeras. Incrementa al máximo el alcance de cualquier barco que tengas.
Derriba las torres que protegen Tiro[]
Tiro tiene dos muelles que producen barcos cada cierto tiempo. Si construiste el Faro de Faros, podrás conocer las posiciones de dichos navíos y evitar que te tomen por sorpresa. Podrías intentar también destruir los muelles, de modo que los peligros en el mar sean menos. Es incluso posible lograr destruir el muelle más cercano a la puerta de Tiro con las catapultas, pero esta táctica requerirá lidiar con los arqueros a caballo persas, así que ten listo a Alejandro para "reparar" las catapultas oportunamente.
Es posible derribar un muelle persa con las catapultas.
Con todo, el verdadero peligro son las 13 torres que rodean Tiro. Tienen un alcance, línea de visión y ataque fuera de lo normal, por lo que cualquier embarcación será hundida o seriamente dañada aun si se encuentra incluso a una distancia razonable de las costas y aunque no pueda ver las torres. Aunque un grupo de barcos catapulta bien situado puede destruirlas en segundos, pero dado que los barcos catapulta son un poco torpes al maniobrar sobre el agua, no resulta eficiente llevar demasiadas al ataque, unos 4 o 5 son suficientes.
Las torres atacarán al primer barco que se acerque hasta hundirlo. Usa fragatas, que son más baratas, como señuelos para acercarlas a las torres y descubrirlas, de modo que los barcos catapultas las destruyan desde su máxima distancia de alcance
Para lograr arrasar con todas las torres debes explorar las costas, destruyendo torre por torre, mientras que no dejas de reponer tus flota constantemente. Es recomendable también abatir desde el mar cualquier enemigo en tierra, siempre que sea posible, a medida que la amenaza de las torres vaya decayendo. Toma en cuenta que los persas tienen lanzadores de piedras con buen tino que pueden castigar a tus barcos de la misma forma que lo harían sus torres.
Si destruyes desde el mar los campos de tiro con arco, será más sencillo el arrase de tus tropas en seguida.
Destruye el capitolio de Tiro[]
Sin el abrigo de las torres, Tiro caerá en un santiamén.
La última ofensiva consiste en penetrar en la ciudad. Alista tus catapultas, de tierra o de mar, y destruye la albarrada de piedra y la puerta de Tiro. Si todo ha ido bien, acabar con el ejército enemigo que resta no debería representar ningún contratiempo extremo. Alejandro puede utilizar su grito de guerra si las cosas marchan mal, y Filotas y Crátero pueden ya de por sí elevar la moral de todos los guerreros, en tanto se mantengan cerca de ellos. Sin obstáculos en tu camino, destruir el capitolio te tomará menos minuto.
Mapas[]
Los mapas muestran el estado inicial del escenario.
Contexto histórico[]
Habían pasado más de cien años desde la invasión Persa de Grecia. Pero los atenienses, los tebanos y los espartanos ansiaban por igual la oportunidad de devolver el golpe y resarcirse de aquella dolorosa humillación. Cuando Alejandro III de Macedonia confirmó su dominio sobre todas las ciudades-estado griegas, había llegado el momento de hacer realidad el sueño.
El ejército con el que Alejandro cruzó el Helesponte en 334 a.C. no era demasiado grande. El desasosiego en casa obligó a tener un contingente considerable en la retaguardia bajo el mando de su general. En lugar de una fuerza amplia, Alejandro optó por un ejército compuesto por veteranos expertos y su élite, la caballería mixta rápida. La clave táctica sería el entrenamiento superior, el armamento superior y, sobre todo, la velocidad.
Cuando Darío se enteró de que los griegos del otro lado de Egeo habían acometido la invasión, se dispuso a detener a Alejandro antes de que el rey macedonio pudiera avanzar más hacia territorio Persa. El río Gránico fue el lugar en el que los Persas serían puestos a prueba por el talento de Alejandro, pero no les fue muy bien. Los Persas fueron derrotados en Gránico y en Issos.
Tras las victorias, la tarea más complicada a la que se enfrentaba Alejandro era aplacar la violenta e independiente ciudad insular de Tiro. Hogar de los marineros fenicios, esta ciudadela bien protegida no había sido conquistada en siglos.
La captura de Tiro en 332 aseguraría el dominio de Alejandro sobre Oriente Medio y garantizaría la libertad de las actividades navales y marítimas griegas a lo largo del Mediterráneo oriental.
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